Ignacio Escolar
Tras la desproporcionada violencia policial en Valencia, el presidente
del Gobierno pide "mesura y sentido común". "Este tipo de cosas no se
van a repetir", añade Mariano Rajoy. Depende de él. En su mano está
ejercer la mitad de la mitad de la mano dura que han sufrido los
estudiantes y castigar con ejemplaridad a los policías que se
extralimitaron con "el enemigo". Me temo que tal cosa no sucederá.
El viernes pasado, el Gobierno de Rajoy dejó clara cuál es su postura
ante los abusos policiales: firmó un indulto para cinco mossos de
escuadra condenados en firme por el Tribunal Supremo por torturas,
lesiones, maltrato y detención ilegal. Según la sentencia, los mossos
propinaron una paliza "con reiterados golpes y puñetazos" a un
ciudadano falsamente acusado de un robo. Le pisaron la cabeza contra
el asfalto. Le introdujeron el cañón de una pistola en la boca. Le
dijeron: "Si la juez te suelta, te podemos matar; no serás el
primero". Fueron condenados a cárcel e inhabilitados, pero ni una cosa
ni la otra sucederá. El indulto no sólo implica que se libren de la
cárcel: también volverán a vestir el uniforme.
El perdón para los abusos policiales ni siquiera es una política
nueva: el Gobierno de Zapatero también indultó, en septiembre de 2011,
a otros tres mossos condenados a cárcel por dar una paliza a un hombre
en la comisaría de Les Corts.
También está en manos del Gobierno obligar a los policías a mostrar
visible su número de identificación en el uniforme. ¿Se acuerdan del
violento desalojo de la acampada del 15-M en Barcelona? Un juez
investiga esos abusos, sin éxito: pidió a la Generalitat que
identificase a varios agentes. La Consejería de Interior respondió
hace unas semanas: no sabe quiénes son.
http://www.escolar.net/MT/archives/2012/02/los-complices-de-los-abusos-policiales.html
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